martes, octubre 04, 2005

Unabonoglogló



Esto de trabajar en la quinta puñeta tiene sus desventajas. Hoy estaba firmemente decidida a hacerme, por fin, el abonotransporte. Claro, para eso tenía que llegar a Madrid antes de las 8, que es cuando cierran los estancos. Esta semana me toca salir a las 7, bien. Recojo la mesa, me agacho para coger el bolso, me levanto y UIIIISH casi me pego un cabezazo con el jefe. Oye, que mira que fíjate esto que por qué... ahgs (¿que por qué? ¿cómo que por qué? ¿y yo que carajos sé? que me cierran el estancoooooo). Ah, pues espera, que ahora te lo miro. Zuuuuum. Mis compañeros ojipláticos cuando me ven aparecer a los 1,2 nanosegundos con el documento en la mano tras subir al archivo a trote cochinero y bajar casi de cabeza por las escaleras. Arf arf arf. Pues yo creo que arf arf y luego arf atjó... arf. Y por eso, todo ok. Ah, bueno, vale.
Bien, prueba su-pe-ra-daaaaaaa.

Al coche, a correr, quitajoputacabrón, ñiaooooooo.... ajs, atasco... ajs.... a cantar un poco a grito pelao pa descargar adrenalina "priti womaaaaan... guats de mata wiz yuuuuuuuu....canmeik yu lof miiiiii no mara waraaaaaaaiiii duuuuuu" (cabeceos guitarreros al compás). Y así casi una hora.

Salgo del parking, las 8 menos 5. Corro. Arfs arfs arfs. Mielda tacones, aunque no sean muy altos. Arfs arfs. Ya veo la luz del estanco. Arfs arfs hiiiii hiiii.... me ahogo. Ya me salen pitos al respirar. Hiiiiiiiiiiiiiii. Llego al estanco. Planto la mano en el poyete ante el cristal.

- Me da un... hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.... arfs arfs arfs... medaunabonotrasnportes hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
- ¿Para qué zona?
- ¿en? Eeehh... para ir a Tararí Tararí arf arf arf
- Ah, eso va a ser zona B-tal
- Sí, sí... hiii.... lo que sea
- Ah, pues mira, no nos quedan

Que se me salgan las bolillas de los ojos y luego tener que recogerlas sería una pérdida de tiempo, así es que agarro el bolso y a correr otra vez hasta el próximo estanco. Dios, me muero, me ajogo, no voy a llegar nunca. Arfs arfs arfs.

Cuando entro al estanco estoy en estado quasi-comatoso. Ya no respiro, directamente, pito. HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII. Coloco la mano en el poyete y miro a la dependienta, que me observa sin acabar de decidirse entre el susto, la pena o descojonarse del todo. No sé si porque a estas alturas de la película se me han salido la mitad de los pelos de la coleta, si porque llevo los ojos inyectados en sangre, si porque mi cara debe de parecer un tomate tamaño sandía por la congestión o por el pitido mezclado con gemidos y jadeos de alimaña que me salen de todos los poros. Agarro el bolso, totalmente desencajada e intento dejar de pitar.

- pero mujer, cómo vienes!
- HIIIIIIIIIIIIIIII.... HIIIIIIII...arfs...ags...agas...HIIIIIII
- bueno cálmate, a ver, qué te pongo?
- unabonoglogló... hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... ATJÓ ATJÓ ATJÓ... HIIIII... ARFS ARFS.... HIIIIII
- ¿perdón?
- ¡¡unabogloglogló!!
- ay, mujer, espera

La dependienta, no sin cierta cara de asquito, sale de detrás del cristal y me empuja hacia adentro con el dedo lo que me sobresale de la boca.

- así mucho mejor, con los pulmones en la boca no se te entiende, espera, espera (se agacha, recoge una bola irregular que bota como loca por todo el suelo del estanco) enga, el corazón también pa dentro. Y bueno ¿qué querías? Estaba ya para cerrar...
- unabonotransportes HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!

Y ya, por fin, tengo un abonotransportes :-) Viva el ahorro y el ecologismo. Y qué sano es viajar en transporte público. Dos envites de salud más como este y el próximo viaje lo hago en coche, pero tumbadita en la parte de atrás y con unos gladiolos a la altura del pecho.

Próximamente, más aventuras. No se pierdan la próxima: "aventuras de érase-un-urbanita-a-su-coche-pegado-desde-hace-más-de-10-años en transporte púbico" así, sin ele ni nada.