lunes, enero 16, 2006
Serie Negra
Empecé a escribir un blog por varias razones superpuestas y complementarias: curiosidad, ganas de aprender, deseo de escribir y expresarme, propósito de sacar fuera lo que de ningún modo quería que quedase dentro y llegara a pudrirse, etc. Nunca para hacer amigos, nunca para conocer gente.
Pasa el tiempo y esto último es una de las cosas más positivas que han surgido de echar aquí mis paridas, gracietas, aventuras y bilis habituales.
El problema es que, poco a poco y sin quererlo, me voy sintiendo más expuesta y me voy callando más cosas. Y claro, se van acumulando. Este post no porque es muy ñoño, este otro no porque es muy triste, este porque parece que esté llorando... pero, sobre todo, los post negros. Los que son un vómito oscuro. No, porque no quiero falsos ánimos, ni palmaditas en la espalda, ni miradas de asco, ni pésames ni desengaños. Y más cuando nunca he prometido nada.
No sé cuánta gente me lee. Si son cuatro o cuarenta, si son los que comentan, si comentan sin leer o sin entender, si leen sin comentar. Yo quiero que la gente sonría, quisiera contar siempre cosas divertidas, quisiera contar historias. Pero no es para eso para lo que empecé a escribir un blog.
Por eso voy dando aviso. Voy a soltar todos los post negros. Sean tristes, sean tontos, sean cursis, feos, idiotas o infantiles. Sea yo triste, tonta, cursi, fea, idiota o infantil. Y egoísta, y envidiosa, y celosa, y soberbia, y dependiente, y malcriada.
Y con este corte de cinta CHAS CHAS declaro solemnemente inaugurada la SERIE NEGRA.