Yo me pedí una ensalada, y la tiri otra. Un ratín después mirábamos las ensaladas y nos mirábamos sin saber qué decir. A ella le plantaron delante un florero y le dijeron que era su ensalada de cuscús, pero no estamos seguras, ya que sabía a... a... ¿nada?. La mía era casi toda espinacas, con lo que a los 5 minutos dudaba entre limpiarme la boca con la servilleta... o apartarme la barba para decir "beeeeeee" e iniciar lo que se suele llamar una conversación educada.
Llegados los postres, opté por el helado. "¿chocolate? ¿no tenéis chocolate, o fresa?". "Pos no. Violeta, yogur, mango " (Dios mío: ¡nos van a clavar!) Y me traen una mariconá en una jabonera...
Pero lo mejor... lo mejor... los mantelitos. Primero me parecieron pompitas de plástico de embalar, de ese relajante. Y me pongo a mirar el mío y... tiene como rayitas... y a qué me recuerda esto... a qué me recuerda esto... ¡aagghs! ¡a las ampollas que me salían en las plantas de los pies este verano!
La conclusión fue inmedianta: la próxima vez ¡al McDonald's!
* Aunque no lo parezca, me encantó el sitio. Una es asín de snob y de criticona...