domingo, diciembre 18, 2005
El miedo
Hay pocas cosas más peligrosas que el miedo. Entre otras consecuencias, nos hace agresivos hasta límites inesperados. La mayoría de los ataques de animales que achacamos al capricho y a instintos violentos más salvajes, no son si no una mera consecuencia del miedo. Atacan para protegerse.
El miedo paraliza, nubla los sentidos, pero también nos convierte en una bomba de adrenalina lista para atacar. Nos moviliza, nos empuja. El problema es que lo que debería ser un mecanismo de defensa se acaba convirtiendo en el motor de muchas vidas. Sé que es la explicación para muchos que viven en su guerra constante, lo cual no es consuelo ni cura los arañazos de gato rabioso.
El miedo es también la explicación de muchos comportamientos que pudieran parece ilógicos.
Yo tengo miedo de muchas cosas. Yo tengo miedo de que me abandones, de ver en tus ojos el brillo del cansancio. Y antes de que eso suceda, me doy la vuelta y me alejo trotando, sin que te des cuenta. Sé que detrás está tu sonrisa. A mí me espera la luna.