sábado, septiembre 03, 2005

Yo no soy racista, qué solidario que soy

Mirror, mirror (Laurie Lipton)

Qué fácil es llenarse la boca diciendo "yo no soy racista (o xenófobo, que ahora levantas una baldosa y te saltan al cuello dos eufemismos de señorito que se la coge con pinzas)" cuando la persona más cercana que tienes de otro país es un sueco que lleva viviendo en tu bloque desde antes de que nacieras.

Lo difícil es sentirlo cuando vives en un barrio que ves deteriorarse por según qué tipo de nuevos habitantes.

¿Soy racista yo? Pues depende del significado que le asignes a esa palabra. Yo no creo que haya gente superior o inferior por motivos de sexo, raza o religión. Tontos y malos los hay en todas partes. No creo que haya gente más inteligente, más guapa o con mejores sentimientos porque haya nacido en un país o tenga unos rasgos físicos determinados. Sí creo en la educación y en el entorno.

Si has sido educado en un contexto en el que está bien visto hablar en voz bastante alta por la calle, es la norma de tu entorno, no hay problema. Ahora, si sales de él y te vienes al mío y vas dando gritos por la calle a las 2 de la madrugada, pues va a ser que sí, que soy racista, fíjate.

Pero entiéndeme, no es porque seas de tal o cual país, ni porque vistas así o asao, ni porque tu piel sea un tono más claro o más oscuro que la mía. Es porque, viendo las normas de convivencia de un lugar distinto, no haces el más mínimo esfuerzo por entenderlo. Simplemente vienes, te apoltronas y a mamar de la teta del estado. Sigue entendiéndome, comprendo tu necesidad, mi generación nació en gran parte en otros países o provincias de este país. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es que formes guetos, que te pilles unas cogorzas impresionantes y te dediques a destrozar el mobiliario urbano mientras gritas que vas a matar al perro que te robó la novia, etc.

Y esto me jode mucho. Y esto nos jode mucho. A mí, a los que les das argumentos para que desprecien a todos los que vienen de donde tú metiendo en el saco a los que se matan a trabajar honradamente por sacar adelante a su familia, a tus propios paisanos por la razón anteriormente expuesta, etc. Y me jodería igual si el que me impidiera dormir se hubiese criado conmigo desde chiquito o tuviera mi misma sangre.

Conclusión: no me toquéis las narices llamándome racista, solidarios de pacotilla, artistuchos que váis para haceros la foto y dar palmaditas en la espalda pero que no convivís con ellos, niños pijos que os ponéis los pantalones caídos y rotos para ser guays y que vivís en urbanizaciones privadas con chacha (de otro país, por supuesto, aunque sin apuntar a la seguridad social) y vigilante en la verja. Lo que soy es una persona normal que madruga como el que más para matarme a currar y a la que no le gusta que la despierten a gritos a las 2 de la madrugada.

A ver, y que lo de los gritos es un ejemplo. Que podría decir lo mismo de tu música a toda ostia, de tu informalidad para la mayoría de las cosas, de tu desinterés no ya por integrarte (me parece perfecto que estés orgulloso de tu identidad) sino por adaptarte, etc.

Y todo esto me está dando miedo... más por ti que por mí.