jueves, septiembre 08, 2005

Déjà vu



Esta mañana he salido del portal y así, de repente, estabas ahí fuera esperándome, todo pelo de punta y negro, todo aftershave y animal. Sonríes, triste. Un escalofrío me recorre la espalda. Es el mismo soplo de aire helado que me anunció el infierno sin ti el que ahora vuelve para traerme los ecos de mi alma al quebrarse en mil añicos, el dolor rojo de las manos tratando de aguantar los cristales del corazón. El tiempo se ha detenido, ha dado un salto y ha vuelto a latir, como si nada. Y yo sigo caminando, te dejo en el recuadrito de la ventana del autobús para siempre, hacia el invierno sin ti.
Sonreías, triste, pero no puedo recordar tu nombre.