sábado, julio 30, 2005

Moi... Lo-li-tá?
(o ¿¿Dónde puse mis crucifijos??)


Un día alguien te mira raro y... descubres que estabas hablando sola.


Y ayer mismo me preguntaba cuándo acabaría el inacabable instituto. Pero no, ayer mismo me preguntaba cuándo acabaríamos para poder irnos a casa. Dato: cierre de mes, salí por la puerta del curro a las 12 y veinte de la noche (y había entrado a las 9 de la mañana, y trabajo a 30 km de mi casa).
(Suspiro)

...y descubres que ya eres "mayor".

Vuelvo la cabeza hacia atrás y me doy cuenta de que ya no podré ser nunca una Lolita. Ni siquiera una Lolita Gótica (descubrimiento reciente: por mucho que insista, no es que la cultura japonesa y la nuestra sean totalmente diferentes, es que los japos están obsesionados por el sexo y las nínfulas)

Aún puedo ser una Charlotte Haze. Pobrecita, tan enamorada, tan ciega, tan engañada, tan patétita. ¿Quién querría serlo? Charlotte a veces parecía hasta hermosa.

Un día alguien te mira raro...
y descubres que simplemente eso, te mira raro. No porque vayas disfrazada como para una fiesta en el cementerio, sino porque esta mañana te has puesto la blusa al revés de tan dormida y tarde que ibas al curro.

Y otro día coges a una amiga y os váis de garitos oscuros... y descubres que allí no pintas una mierda. Que te parece que la gente te mira como si fueses un bicho raro, que una treintañera sin parafernalia resulta tan llamativa en uno de estos antros como un gótico en un bautizo o una mosca ahogada en leche.


Definitivamente, cuando vuelva a tener 15 años, quiero ser una Lolita gótica. Estoy convencida de que nací para serlo.