miércoles, julio 13, 2005

La rabia II



Pero qué rabia no poder cambiar las cosas. Me dan ganas de patalear.

Mi pesadilla recurrente desde que tengo uso de razón era que poseía el don de la telequinesia. Así, de mayor, intento concentrarme para que las cosas, las personas y las situaciones cambien pero TAH!

Por mucho que mires el teléfono no va a sonar ni va a parar de hacerlo, por mucho que desees que alguien no sufra, que alguien desaparezca, que se calle, que algo suceda o deje de suceder, que te quieran, que te olviden, que llueva o pare de llover, por mucho que te esfuerces... no le encuentras sentido a esta vida ni a las demás. [¿Y por qué debería tenerlo?] Polvo eres...