sábado, abril 30, 2005

Aqua, aquae


Aquarius, aquarii

El agua como seno maternal de la vida, cuna dulce, caldo primigenio, purificadora, curativa, imprescindible, silenciosa y oscura.
El agua venganza divina, disolvente universal, tumba secreta, fuerza desbocada.
Para muchos de los que hemos vivido vinculados al agua de algún modo, sumergirnos en ella significa paz y libertad. Reencontrarse con uno mismo flotando en la nada y dejándose acariciar todo el cuerpo a la vez.
Para los huérfanos del agua, hay pequeños oasis de ciudad que, si bien no calman nuestra sed, suponen sacar la cabeza de la rutina para tomar una bocanada de mar/río/lago de un frasco. Claro que, hasta para consumir placer enlatado, siempre ha habido y seguirá habiendo clases.